miércoles, 1 de enero de 2014

"Nunca he creído en los amores de verano."

Nunca he creído en los amores de verano, esos que me han contado que son pasajeros, pero que son los que más te llegan al corazón, pensaba que eso era simplemente inexistente. Me encanta sentir la arena entre mis dedos, es realmente reconfortante, son vacaciones de verano, y mis padres han alquilado una casa en la playa por algunos días, así que planeo pasar solo en la playa. Miro a mi alrededor y hay demasiada gente para mi gusto, veo a mi hermanito y a mis primas jugando en la arena, tomo mi celular y juego por un rato un juego que ya me aburre, levanto la vista y veo a unos ojos verdes clavados en mí. Me pongo nerviosa y me río. Después voy hacia el agua a lavarme, tengo arena en todas partes. De pronto se acercan a mí esos ojos verdes que ya conozco. -Hola…-Me dice con voz tranquila. -Hola…-Respondo. Y solo ahí me fijo en el resto de su rostro, su piel es bronceada pero no tanto, su cabello es color chocolate, labios carnosos, y pestañas largas. Me siento realmente nerviosa porque él es muy simpático. Desde ese momento todo cambió, él se convirtió en mi amor de verano, quería pasar todo el tiempo con él. Me hacía reír, y conversábamos acerca de todo. Hasta que una noche, recién se acababa de esconder el sol, estábamos sentados ambos en la arena. Entonces me mira de una manera diferente, y yo me arreglo un mechón de cabello detrás de la oreja, se acerca a mí, y mi corazón late demasiado fuerte que parece salirse de mí, siento un ligero calosfrío, y cierro los ojos, él se acerca más a mí, y por fin me besa. Siento el calor de sus suaves labios y me abandono en él y siento que vuelo. Después me abraza, tan fuerte que vuelvo a la realidad. Me ha dejado sin aliento. Me mira con ojos de ternura, me levanta de la arena y me lleva a casa de la mano casa. Al estar frente mi puerta me lo dice: “Me voy mañana...”, me quedo helada, pero sé que es algo que tenía que pasar. “Te voy a extrañar”-Le digo. Sus labios tocan los míos nuevamente, y quisiera quedarme así con él toda la vida. Una lagrima rueda sobre mi mejilla y él me abraza. No te preocupes, si somos el uno para el otro, nos encontraremos, aquí en esta playa, no llores, sonríe te ves hermosa cuando sonríes.-Me dice, me besa la frente y se va. Ahora me encuentro sentada en el mismo sitio donde me besó hace dos años, lo espero, lo seguiré esperando. No creo que exista alguien en el mundo como él. Me hizo probar el amor, en tan solo cuatro días. Tomo la arena entre mis dedos y recuerdo sus labios rozando los míos y sus palabras: “No te preocupes, si somos el uno para el otro, nos encontraremos, aquí en esta playa, no llores, sonríe, te ves hermosa cuando sonríes.” y ya estoy llorando. De pronto una voz que conozco bien me llama por mi nombre y quedo completamente helada.

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