domingo, 26 de enero de 2014

Eras tú.

Y parece que fue ayer que te vi por primera vez..., parece que tan solo hace un segundo pude ver por primera vez esa mirada tan profunda, esas rodillas perfectas y ese lunar que odias pero que es realmente lindo. Y me alegra haberte conocido aquel día de invierno, llevabas una chaqueta y cubrías tus preciosas rodillas con un pantalón oscuro, tu cabello se movía con el viento y tu nariz estaba roja como tu bufanda a causa del viento, al vernos me sonreíste tal vez porque estabas nerviosa, pero esa fue la señal de afirmación que estaba esperando, esa sonrisa eras tú confirmando que sí querías que entrara a tu vida. Y hoy, estoy dispuesto a no salir jamás.

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