jueves, 5 de diciembre de 2013

Vino al mundo a alegrarme la vida.

Había tenido un día terriblemente agotador, parece que todos en la oficina se pusieron de acuerdo para hacer de este día, el peor. De regreso a casa encuentro a mi novio dentro esperándome, un ramo de rosas rojas lo acompañaba, mis favoritas. Sonrío, pido disculpas, voy a mi cuarto y me cambio. Ya lista para salir -Pero aún molesta por mi día repentinamente malo- recojo mi bolso y salimos, me lleva a cenar a un restaurante precioso. Comimos, charlamos, reímos, en especial reímos. Y eso es lo que me hace quererlo, y no solo eso sino también admirarlo, porque no importa cuan molesta o decepcionada esté, él siempre está ahí para alegrarme el día. Vino al mundo a alegrarme la vida.

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