lunes, 18 de noviembre de 2013

Y prometo no soltarlo jamás.

Miro su foto nuevamente, seco la lagrima que rodó en mi mejilla, guardo la foto en el libro desgastado en el que estaba y me dispongo a seguir trabajando, llevo a cada mesa el plato correspondiente, la próxima orden que debo entregar la reconozco muy bien..., es la comida favorita de la persona que ahora guardo en mi corazón y entre las páginas de un libro, "Mesa 14"- Me digo, y avanzo. Al llegar pongo la comida encima de la mesa, y mientras acomodo los cubiertos y servilletas, el cliente me mira, levanto la cabeza y veo, siento un golpe en el pecho..., él me sigue mirando tiernamente, lloro, y el me abraza, "Es él" -Me aseguro a mi misma porque aún no lo creo, es el tipo de la foto guardada en el libro viejo y desgastado, ahora está entre mis brazos, y prometo no soltarlo jamás.

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