sábado, 23 de noviembre de 2013

Te amo.

Ibamos caminando por el parque de la calle 18, igual que siempre, camino a la universidad lo que hacía diferentes todos los días es que ninguno se sentía atrapado en la monotonía, estábamos demasiado cómodos que pedir un cambio de ruta era sumamente innecesario, conocíamos el camino al derecho y al revés pero ninguno estaba seguro de recordarlo sin la mano del otro haciendo imposible olvidar el camino. Esa mañana todo cambió, dos palabras nuevas salieron de su boca, y con ellas una nueva sensación en mí, las dijo tan tranquilo casi un zusurro, se paró frente a mí y dijo: Te amo, y sé que es cierto porque conozco esos ojos, conozco esa mirada..., sonrio y decido besarlo, porque es la mejor manera que se ocurre decirle: Yo también.

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